15 may 2013

Personajes con feeling

El éxito de muchas grandes series o películas televisivas recae en el feeling que existe entre sus personajes. Concretamente, el producto más demandado en general por las mujeres más que una buena historia es una buena química entre el reparto. Nos pasa así por ejemplo con Sexo en Nueva York, quitando el morbo del nombre, lo que más gusta de la serie como tal son esas perpetuas cuatro amigas que están ahí para lo que haga falta. Pero no de una forma metafórica ni oral, no, están ahí para lo que necesites de verdad y si tienen que dejar a un vigoréxico a punto de caramelo en la cama, lo dejan para acudir a la llamada.

Tristemente estas historias nos crean una realidad muy difícil de cumplir, ¿por qué no tendré yo esas amigas?, no me apresuraría a decir que no existen (de todo tiene que haber en este mundo), pero dudo mucho que ese tipo de confraternidad pueda permitírsela mucha gente. 

Es digno de recordar que en mi adolescencia más profunda me erigí como la mejor amiga del alma de todas mis amigas. Mi paquete de pañuelos y yo asumimos nuestro primer pluriempleo, las hormonas, los primeros amores y los complejos de la edad me hacían estar muy atareada reforzando el ego de mis quinceañeras amigas. Un tipo de relación que deja poco tiempo libre para una misma, todo hay que decirlo, pero claro la satisfacción personal de ayudar y aconsejar merecía la pena. 

Lo curioso de tal época fue que el día que yo necesité esos apoyos, y sólo me abrazó mi paquete de Renova, pero total no sería yo la que fuera a molestar con mis llantinas pre-menstruales. Más tarde la adolescencia se calmó, las parejas se consolidan y nadie tiene tiempo para la amistad, hasta que tiene un problema con la pareja. Eso no te lo muestra ninguna serie y te tienes que dar cuenta sola, actualmente sólo tengo una amiga de la adolescencia, curiosamente nunca le enjugué lágrimas ni ella a mí y sin embargo pasen los meses que pasen el día que hablamos o nos vemos estamos igual de cómodas como la primera vez.

Así me he dado cuenta que en realidad no debemos aspirar a tener a una Carrie, Charlotte, Samantha o Miranda. Nadie interrumpirá su vida, no tienes el derecho a pedirlo ni el deber de darlo.

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